Opiniones

Mi pueblo Bani, ya no es lo mismo que ayer

Música estridente, bocinas y caos en el tránsito vehicular, acciones indecentes e imprudentes en las vías públicas de asistentes a esos centros,

Por Fausto Soto

Como dice la canción de Luisito Rey, de que mi pueblo ya no es mi pueblo…por sus edificios altos y sus lindas carreteras, Bani ha experimentado un gran cambio en todos los aspectos del diario vivir.

Hay uno que quiero expresar.

Me refiero a la creciente práctica de instalación de centros comerciales diversos que van desde uso de marquesinas para ventas de ropas y otros artículos, de paredes y aceras para lo mismo, de comederos llamados restaurantes sin parqueo para clientes (hay sus excepciones), de uso de solares para ventas de bebidas alcohólicas, platos diversos y exóticos acompañados de karaoke que no dejan dormir a las familias que viven en el entorno, nunca acostumbrados a esos demonios que no respetan la intimidad del hogar.

Música estridente, bocinas y caos en el tránsito vehicular, acciones indecentes e imprudentes en las vías públicas de asistentes a esos centros, entre otras cosas manchan el deterioro de lo que para muchos son signos de progreso y bienestar.

Las familias que todavía viven en las calles Máximo Gómez, Presidente Billini, Sánchez, Santome, Duverge, 16 de Agosto, Uladislao Guerrero, Mella, Sánchez, 27 de febrero, Joaquin Sergio Inchaustegui, Restauración ,Nuestra Señora de Regla y otras están conviviendo entre la barbarie y la civilización.

El día menos pensado se despiertan con algo raro que amenaza su salud física y mental sin que hasta la fecha ninguna autoridad haga valer los derechos ciudadanos consagrados en la Constitución de la República Dominicana y leyes adjetivas.

Una buena parte de los primeros pobladores se han visto obligados a emigrar hacia otras áreas geográficas o terrenos de la provincia o hacia otros países, otras familias han tenido que vender sus propiedades a dueños de negocios quienes en vez de habilitar un parqueo para vehículos de clientes lo usan para crear espacios para sus productos, mercancías y servicios de ventas diversas.

Y otro aspecto crítico del convivir en esas calles lo constituye la apropiación de sus calles por jóvenes que como dueños de ellas estacionan vehículos, cobran peaje y cuidado si usted no le aporta algo porque ….y entonces la gente se pregunta: no hay autoridad para ordenar ese caos?

Peor aún: los conos ubicados frente a locales comerciales diversos para uso exclusivo de sus dueños, empleados y uno que otros clientes.
Creo que con sobrada razón, muchísimas familias banilejas que han emigrado y llevado sus padres no tienen en su agenda regresar a su lar nativo, porque además de lo descrito, se suma la nueva profesión de un segmento de nuestra juventud: ROBAR, ATRACAR Y HASTA MATAR y he ahí la INSEGURIDAD CIUDADANA de la que la mayoría de los padres no sabían que sus hijos estaban en esos actos delictivos hasta que no los apresan o caen abatidos por los agentes policiales cuando por sus hechos enfrentan con guineos, mangos y otras frutas a quienes procuran procesarlos.

Para finalizar diría a DIOS QUE REPARTA SUERTE!

Redacción El Ocoeño

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