Salud mental en los centros penitenciarios, una crisis humana que llama a solidaridad
Por Roberto Yoel Henríquez
1-Hoy 10 de Octubre del 2023, se promueve el día mundial de la salud mental como parte de una iniciativa de la Federación Mundial de la salud con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la finalidad de concientizar acerca de los problemas de salud mental y desarrollar planes y programas que aporten a su solución.
2-Este día nos encuentra en República Dominicana con una realidad palpable, según los estándares más actualizados entre el 70 % y el 80% de la población Dominicana tiene algún trastorno de personalidad, y de 6 de cada 10 dominicanos sufre de una enfermedad mental. Según revela el Plan Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública de Republica Dominicana 2019-2022. En la población de 15-49 años, los trastornos mentales ocupan la cuarta parte de la carga de enfermedad de hombres y mujeres Se destacan por su frecuencia, la depresión 6,4%, los desórdenes de ansiedad 4,0% y el uso de drogas 1,4%. De manera agrupada, los trastornos mentales y de comportamiento aportan la mayor carga de enfermedad 17,3%, sin diferencia significativa entre hombres y mujeres.
3-Esta estadística oficial revela un grave problema de salud mental que afecta a la población en general, sin embargo es preciso mirar hacia un segmento poblacional con mayores niveles de vulnerabilidad y con una salud mental en crisis como es la población penitenciaria, la Oficina Nacional de Defensa Pública ante este evidente problema da un paso al frente y visibilizala situación. Según el informe de Condiciones de Detención y de Prisión la Oficina Nacional de Defensa Publica, 2022, revela en sus hallazgos que dentro de la cantidad de enfermos encontrados en las cárceles dominicanas destacan de manera principal 415 internos psiquiátricos diagnosticados, según datos psiquiátricos esta cantidad puede ser mayor tomando en cuenta los casos no diagnosticados en los centros penitenciarios actualmente.
4-El problema de la salud mental se ha convertido en un factor de primer orden en los centros penitenciarios dominicanos, desbordando la capacidad de respuesta de las autoridades sanitarias y revelando por otro lado una ausencia estatal de la misma, cada vez la población penitenciaria con problemas de salud mental es mayor, porque el tratamiento dado a los imputados al momento de judicializar un proceso no permite cuantificar quienes tienen algún trastorno psiquiátrico, esto así porque en la práctica procesal penal no se establece la obligatoriedad de una evaluación psiquiátrica previa a la judicialización del proceso, sino que las autoridades toman como punto de partida los que tienen diagnósticos previos o porque se encuentran en proceso de tratamiento al momento de ser judicializados pero no se logra identificar a los que padeciendo algún trastorno psiquiátrico no poseen ni diagnóstico previo.
5-Según una tesis de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de Departamento de Criminología y Seguridad de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), Junio 2022, acerca de la Prevalencias de enfermedades mentales de usuarios en conflicto con la ley penal en República Dominicana. Revela que dentro de los trastornos psiquiátricos más frecuentes en personas en conflicto con la ley penal se destacan los trastornos de personalidad, trastornos por ansiedad, trastornos por abuso de sustancias y depresión, y dentro de los delitos más comunes cometidos por las personas evaluadas están los delitos de lesiones, en el que constan golpes y heridas, violencia domestica (intrafamiliar), agresión sexual, homicidio, daños a la propiedad privada, drogas e incendios.
6-La ley de Salud mental en República Dominicana 12-06 prevé la “articulación de políticas y actividades de salud mental con las autoridades penitenciarias para proteger a las personas que padecen o han padecido enfermedades mentales y se encuentran en establecimientos carcelarios”. Partiendo de este lineamiento las autoridades de salud pública están en el deber de garantizar el derecho a la salud mental de las personas privadas de libertad, y a su vez desarrollar políticas publicas tendentes a efectivizar este sector, en la práctica ocurre lo contrario, el Estado se ha ausentado de la salud mental en los centros penitenciarios y los centros penitenciarios fungen a su vez como manicomios, incluso llegándose a ver la privación de libertad como el remedio ante enfermos mentales que se envuelven en conflictos con la ley penal en ausencia de centros especializados.
7-Asi mismo las cárceles se han convertido no solo en manicomios para enfermos mentales, la prisión preventiva, el hacinamiento en las cárceles se han convertido en lo que se conoce como la puerta giratoria, entran y salen de las prisiones y lo que se genera es la agudización del trastorno, vulnerándose con esta omisión la dignidad del ser humano, la cual es el fundamento del Estado mismo y su respeto y protección constituyen una función esencial de los poderes públicos.
8-La salud mental es algo de todos, y a todos nos atañe su solución. Es preciso que el Estado a través de las autoridades de salud y los operadores del sistema de justicia forme una mesa operativa de salud mental en las prisiones y busquen por dentro, a través de una mirada real y objetiva de este problema, es hora de plantear en la mesa la creación de centros penitenciarios psiquiátricos, unidades reales psiquiatría penitenciaria y acciones permanentes a través de planes y programas para proteger la salud mental de los privados de libertad.
9-En un Estado Social y Democrático de Derecho la dignidad del ser no puede estar de espaldas a las políticas públicas del Estado, esta es sin duda como dijese Kofi Annan ex-secretario de la Naciones Unidas “Una Crisis Humana que llama a la solidaridad”
El autor de este artículo es defensor público de la Oficina de Defensa Publica del Distrito Judicial de San Jose de Ocoa, pertenece a la comisión de grupos vulnerables de la ONDP y se desempeña como activista por la defensa y promoción de los derechos de las personas con discapacidad.
