El Premio Nobel de la Paz

Por José Henríquez
A pesar de que Estados Unidos “lanzó más bombas en Vietnam que las que lanzó en la Segunda Guerra Mundial “; uno de los grandes ideólogos y exponentes de guerras de USA, Henri Kissinger, fue galardonado con el premio Nobel de la Paz, conjuntamente con el general vietnamita Le Duc Tho, pero este no lo aceptó, el 16 de octubre de 1973.
Alfred Nobel, creador de los premios, definió el perfil que debe tener una persona para obtener el de la Paz: “aquellos que hayan hecho más o los mejores esfuerzos a favor de la fraternidad entre naciones, la abolición o reducción de ejércitos armados y la creación y promoción de Congresos de Paz”. Y aunque Kissinger y Tho no promovieron la reducción de los ejércitos en el mundo, sino lograr la Paz, mediante la guerra; lograron la firma de un acuerdo de paz, después de cuatro años de negociaciones, entre USA y Vietnam, en 1973.
Dos años después, Kissinger, asesor de Seguridad Nacional y Secretario de Estado del presidente Nixon, con el apoyo de éste, impulsó el Plan Cóndor para Suramérica que nada tenía que ver con la paz hemisférica y consistía en desarrollar operaciones de inteligencia y ejecuciones de opositores a las dictaduras de Videla, en Argentina, Pinochet, en Chile, entre otros, provocando unos ochenta mil muertos y el derrocamiento y asesinato del presidente Salvador Allende, en 1976.
En cambio, Le Duc Tho fue el líder y estratega guerrillero que llevó al poder a Ho Chi Min en Vietnam; era como una especie de Che Guevara. Rechazó el Nobel porque entendía que todavía no habían logrado la paz, ya que en Vietnam del Sur (aliados de USA), continuaban los ataques contra Vietnam del Norte.
Creo que con ese Nobel de la Paz, otorgado a esos dos adversarios: Kissinger y Tho, se definió un perfil para premios Nobel posteriores. Si partimos de esas características, al margen de cualquier diferencia, el actual Nobel de la Paz, debieron otorgarlo a Greta Thumberg y María Corina Machado, ideológica y políticamente contradictorias, o a Maduro y Corina, adversarios de un mismo país. Pero en este caso, creo que no era el Momento oportuno para otorgárselo a uno o a otro, cuando no ha habido esfuerzos auténticos de paz en Venezuela.
Vale decir, que el Nobel de la Paz otorgado a Mandela, a Teresa de Calcuta, a Martín Luther King, le dan una categoría superior, sin caer en las mezquindades de la política, que el otorgado a María Corina, aunque reconozcamos sus condiciones de líder de masas, ideológicamente de derecha.
Por eso, he reiterado, en varias ocasiones, que el Nobel no siempre ha sido justo, por ejemplo: nunca se lo otorgaron al profesor Juan Bosch o a su adversario Balaguer; cuyos méritos (en el caso de Balaguer sólo como escritor) están por encima de Corina, de Maduro, de Greta, de Kissinger, entre otros…



